De locuras y pasiones es lo que estoy hecho. Cada parte de mi cuerpo, no hay forma de negarlo.
De locuras que hice y que estoy por hacer. De pasiones que siento y quiero sentir.
Y de esas pasiones y locuras la que llega como rayo de luz todas las mañanas, estas tu. Abrazadora, cálida y alegre.
Mi locura pide a las musas inspiración para mostrarte lo que siento con poemas. Pero no soy poeta y me maldigo. No puedo con las rimas y el ritmo. Solo espero ir a tu ritmo.
Y que te podría decir que no haya sido trillado o algún otro maldito poeta me haya ganado. Que no hay lucero en el cielo tan bello como tú, que cada amanecer pare un simple prender de foco a tu lado, que cada flor se cierra apenada cuando caminas y que la seda parece roca volcánica cerca de tu piel. Es cierto, pero usado.
Que te puedo decir ahora. Que tus ojos aparecen cada que cierro los míos, y son bellísimos. Que mis yemas desean tocarte. Que ni la oscuridad puede alejar tu cuerpo de mí.
Has pasado cada una de mis barreras, cada uno de mis muros. Me has hecho temblar peor que las murallas de Jericó. ¿Qué has hecho mujer, que ahora solo vivo de tu limosna?
Temo por mí. Creo que mi locura dejara de ser racional, y por completo me llenare de tu pasión. Ya no aguanto la hora de dejar de ser tu casi casi chico. No temo por el futuro, no cuando los caminos se cruzan.
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